sábado, abril 06, 2013

No intentes girarme, estoy clavado.

Es así que me sentí influenciado, será por tu aspecto bonito o por el sol que golpea sobre tus chapas doradas. Doradas del sol, anaranjado. El verano nos abrazó como a las piedras chocando contra el mar; la luna nos acuno en su mantra infinito recostado en el universo hiper-laxo.
No es que haya corrido por temor, o por la angustia de decisión. Corrí porque eso es lo que hace el amor, correr mirando hacia atrás con cada paso que va. La música subía acariciándome los pelos en las piernas, hasta mis orejas rebailaban de alegría, el cráneo se expandió dejando espacio al corazón. 
A la vuelta esquivé noctilucas que me guiaban hacia la estación destino, pero nunca me imaginé que ahi ya no ibas a estar. Es que tu influencia fue grave en mi asunto, realmente fui perturbado. No podía volver a ser el mismo, ese quien era yo que soy y antes no fui. 
Infame el día que permití tu intromisión, ¡Sal. Fuera y largo de aquí!- me dije para mis adentros- ¡No hagas la que no escuchas, sabes muy bien lo que te quiero decir pero no lo digo!. No quizo escuchar, o se hizo la sorda... Pensé en la telequinesis para expresarle todo lo que quería y quiero, pero ella no está avanzada como yo... nunca lo supe, si lo hubiera sabido antes se lo hubiera dicho directamente, frente a frente, cara a cara, boca a boca... Pero así no fue como sucedió  sino que lo repetí incansablemente en mi cabeza dando vueltas y vueltas.
 ¿Queres ver cine y que te invite a cenar? Yo se que te puedo acompañar al hospital. No pienses mal... Es de gentleman, es mi afán. No me lo podes negar... ¿Que estás haciendo? esa nuca no me ofende, tiene tanta alma como toda tu espalda. No intentes girarme, es que estoy clavado y sin vos no voy a ningún lado.
¡Ayy ay ayyy! Yo vi un león, que no era león... Lo vi, lo vi y el no era león, era leona!. Que bestia formidable, mejor no decir na'. Na' mas,... Na' mas te!. No mas té por favor, ya no me tranquilizan tus enfermedades orientales, es que lo único que puede salvarme es ese otro amor, irrepetible y repelente como las vivoras y las serpientes. No, no más aire por favor, ¡que ya de tanto pensar en como respiro no lo puedo hacer más!. Pero ni soñando podría conseguir de mi otro juicio. Este es el justo y así lo creo yo.

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