martes, julio 13, 2010

-



Te siento silbar, tu movimiento me empuja, me junta y aplasta a las demás. Ellas me cobijan, y protegen, nos protegemos como así también a los de allá abajo.
Al unirnos somos una, una separación, división entre lo terrenal y lo celestial. Los pies de sus Dioses nos descontracturan, este amo no enoja.. Gritamos corremos pataleamos y lloramos miles de litros por segundo... Esta descarga nos separa nuevamente, bajamos de un salto y nos unimos a nuestras compañeras.. Algunas siguen su rumbo, pero otras quedamos acá, siendo parte de un todo, como allá arriba, pero esta vez es diferente, sufrimos la ira de extrañas cosas con cuatro extensiones, y solidos.
Nos chocamos con sus "cielos" y sus "tierras".. Estas, no son suaves y confortables; son tan rígidas y frías como cuando somos hielo. Pero gracias al Rayo que nos ilumina, nos elevamos cual viaje cósmico, donde mi todo se agiganta y misteriosamente disuelve, aunque sigo ahí.
Mis compañeras son otras, yo soy otra, pero igual sigo siendo, me identifico y no me corrompo.
Ahora mismo siento nervios, me encuentro formando gran parte de un "insecto". Soy fragmento que da vida a quienes nos agreden y por un momento, por un solo momento tome prestado su "cuerpo".
Aprendí su forma y ahora me arrepiento, no debí pensar mal de ellos, que si bien nos maltratan, mis compañeras y yo somos parte de esto.. ¡Como lo destesto!...
Y ahora me disuelvo, conozco sus desechos y entiendo, que aquí abajo viven peores, que nosotras allá en el cielo.


2 comentarios:

  1. para recostarse en ellas y dejar que nos lleven a un lugar lejos, lejos de aquí, muy bonito niño!eres todo un ser sensible, artista de la palabra y el cuerpo!

    ResponderEliminar

Musiqué