martes, diciembre 24, 2013

Yo

Revoluciones acaloradas y frías recorren por todo mi cuerpo. Mi mente: un portal inoportuno a lo que hay, y lo que se supone. 
Desprendo por entre mis poros el temor de haber sido aquello que estuve siendo, de hacerme cargo de eso que recorrí sin haber vivido (o si); errores de los registros tan intangibles y difusos como la misma decisión del ser el que soy o dejo de ser. Mareas de temor suben como nauseas que dejan en mi pecho la presión de dejar de ser eso que no quería y pasar a ser lo que no se, eso que pienso que puedo llegar a ser pero nadie (ni yo) puedo llegar a saber si es en verdad mi próximo fin o solo la imaginación galopante que se apodera de mi. 
Nunca sentí ser tan buen actor como en este momento, donde la realidad y ficción no son solamente verosimilitud, sino que ya no existen y la linea difusa se arma en mi sendero, donde camino corriendo y despego a mas de 6 metros de altura (que fue el parámetro de un temor similar). 
Busco llegar a cerrar los ojos y así descansar mi mente bombardeada de información, y descansar mi cuerpo lleno de sensación. Nada sirve, ni el agua fría ni el agua caliente, aunque un efecto logra en mi y puedo respirar mas profundamente, el frío-calor me hace temblar y no hacerlo, hace rechinar mis dientes y pensar que asi voy a ser por siempre. Como cuando uno se pone bizco y que un viento te deja mal de los ojos, así estoy, pensando en que cualquier viento puede terminar de voltearme y caer en una picada infinita, eterna, como si siempre hubiera estado cayendo y para siempre lo seguiría haciendo. Me descanso pensando en pastillas y encierro, como si fuera lo más grave o el peor final, me descanso y luego me altero... No es lo que quiero, prefiero salir, salir salir y correr, correr muy rápido, huir por los bosques, meterme entre los arboles y que una lluvia acompañe mi momento. Y dejarlo todo, todo eso atrás, despegarme de lo que tanto temo. 
Uno se lo busca sin haberlo sabido, eso vino a mi consciente, desde chico ya sabia como iba a ser hoy, y ahora mi inconsciente sabe como voy a ser mañana. ¡Que poca evolución!. Después nos sentimos los reyes del rockandroll, pero tan lejos estamos de serlo, tanto espacio oscuro y negro dentro nuestro permite crear odio, violencia, destrucción; mi lucha con lo desconocido me permite transformar eso en amor, cariño y construcción, eso que lo transforma es el Ser Sensible. Permitir esa presión en el pecho, pero no dejarla ahí, que fluya, circule y genere, y vuelva a circular como la vida. El gran circulo del que estamos presos, ese del que todos hablan y hablamos, del que todos sabemos, ya que lo transitamos. Todos lo sabemos, y es necesario que cada uno lo diga y se haga cargo, mientras más cerca estoy de ese conocimiento divino, mas miedo tengo, mas primario me vuelvo, mas humano soy. ¿Que apuesto y que pierdo? Tanto razonamiento es lo que me permite estar un paso mas allá de todos, y de mi mismo... Tal vez ese sea mi error, el estar más allá, adelante, constantemente adelante, no frenar y mirar a los costados. Cuando mi inconsciente permitió a mi consciente detenerte y estar aquí y ahora ¡PAK! contra la pared y a la cama, todo intenso... Que manera tan violenta de frenar, el freno de mano es de emergencia, y así lo use ¿Estuve mal en hacerlo? No lo creo, al fin y al cabo, acá estoy: Escribiendo entre mi familia, sano y salvo, recuperándome y replanteando estos dos años de vorágine inconsciente. 
Agua.
Mucha agua limpia mi mente, limpia mi cuerpo. Soy así, y fui asá, Soy dos, dos y muchos más, Bipolar no me siento, mi consciente domina por sobre ambos, al menos "domina" la lógica de razonar, es claro que todo el espacio de mi mente que no controlo es el de mayor poder y fuerza, ese que sabe lo que no digo y censura lo que digo. Ese que acciona por mi, por mi salud y bienestar. A ese que esta en lo oscuro, turbio y perdido, a ese que tanto temor le tengo, a ese le digo El Otro. Todos adjudicamos el valor de "El Otro" (filosófico) a un ser humano externo que permite representarnos a nosotros mismos (pase 2 días seguidos con mi hermana de 7 años, y encuentro indiscutiblemente su representación en mi y viceversa), pero siempre negamos "El Otro" interno, ese al que recurrimos sin que nadie nos vea, a ese privado y único. El que podría ser todo y a la vez no es nada. De eso que se habla y no tiene nombre, ni voz, ni voto, ya que acciona mediante uno. Ese Otro mío, es al que le temo, el que me vuelve romántico, poético, infinito e inmortal. A ese que no puedo dominar le temo, a ese que tira la piedra y esconde la mano, ese que nos da el empujón, ese que sabe porque estamos vivos, ese que es la enciclopedia de la vida misma. A ese Otro le temo. Pero no por eso lo recorto y alejo, mejor lo dejo, lo dejo ser y estar en compañía de mi yo (ahora mismo difuso, pero en reconstrucción). Hoy acepto que somos dos (o más) en uno, algo que ya sabía pero no lo aceptaba. Hoy, lo acepto, lo adquiero y aprecio, le doy un espacio y aquí está, escribiendo, abriendo y manifestando. Cual fantasma que toma mi cuerpo, ese es mi Otro, ese es mi yo.
Y esto te lo escribo a vos, yo:
Disculpas, antes que todo, disculpas... Solo excusarme en decirte que era algo por aprehender, algo que incorporar para crecer y ser aún más de lo que creía que estaba siendo. En este acto narrativo, te doy la bienvenida a mi mismo, y te permito compartir juntos el largo y bello circulo vital. Ese universo eterno que llevamos juntos, lo comparto contigo a tu lado. Somos dos yendo con estos pies, estos ojos, estas manos, estos brazos, estos codos, este estomago, este intestino, esta pija, este culo, este corazón. Somos dos, tu cabina esta en mi mente, pero tu caravana es mi cuerpo. Somos uno, y es por eso que voy a dejar de diferenciarte, en este acto poético nos unimos y convergemos (Gracias por traer esa palabra a mi mente, me había olvidado que significaba y como si fueras magia la escribí, sin más).
Paz, esto es lo más cerca a meditar que pude haber hecho en años, me siento tranquilo, relajado y en armonía. Ahora si, disfrutar de mi gran familia y construir, construir desde este nuevo cimiento propio.

Atte: yo

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