Estoy hace tres días sentado en un tubo metálico, seco. Seco y húmedo.Siento mi pulso, el latido del corazón pasando por mi cuello, mi muñeca izquierda.. ahora por la derecha.
Me tiemblan las piernas, realmente no las puedo mover, pero ellas igual continúan constantes en movimiento.
Miro a los costados, un vago reflejo de luz hace el descubrimiento de una figura un tanto familiar. Parece muerta o cansada.. O simplemente lo parece. Nunca logro descubrir completamente ese reflejo. Hubo por un instante alguna lagrima lejana.
Mi visión lateral capta un rayo que tímidamente rechaza el suelo, la tierra. Y vuelve a subir hacia las estrellas que no están. El has de luz dibujo un plato hondo, y en el instante que la imagen duro dibujada, millares de gotas reposaron haciendo una sopa espesa. Mi mano giro con entusiasmo y poca energía; estaba respirando vida, mis piernas se aquietaron pero yo no me di cuenta hasta mucho después. Ya no era solo mi respiración, sino que estaba acoplada a la melodía externa.
A pesar de mis infinitos deseos, me abrocho ese cinturón desanimado, y yo también lo estaba. Con incomoda seguridad, sé que no voy a poder saltar, salir de este tubo decadente y aburrido.
Me siento muerto e inerte.
Afuera las luces danzan en una noche poética y mística. Adentro un pequeño foquito me recuerda la tristeza de estar sentado, sin poder ir a ningún lado, aunque quieto, me movía hacia delante. Dos grandes ojos iluminan mi futuro, mientras escribo mi presente.
Ya es hoy y nada cambió, el aire está cálido, pero el calor me está sofocando. La gente inconsciente sonríe y se manifiesta alegremente.. ¡Cobardes! . Expresen sus temores, y digan el porqué de sus emociones más obscuras.
Es momento de pararme, mis piernas están temblando y yo ni me había percatado. Me olvidé también de respirar.. ¡Përo no se asusten! , lo recordé lamentablemente a tiempo.. No es que pretenda morirme, pero olvidarme por un momento me vuelve tán felíz...
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